
“Soy, así, plenamente consciente de que,
por el contrario, la mejor demostración
que un pintor pueda ofrecer de su estilo será la que
resulte de sus lienzos .“
(Matisse, H.)
De este ejercicio de expresión y exorcismo emotivo surgen diez papeles de 20 x 30 cm y dos tiras plegadas en acordeón, que dibujadas con las maderas quemadas cuentan lo acontecido esa noche.
El carboncillo dota de frescura y espontaneidad al gesto, pudiendo borrar, superponer, añadir y recalcar siempre de una forma orgánica. Ceniza somos y en ceniza nos convertiremos. ("(...) Sepas que eres polvo y al polvo volverás (…)”,Génesis 3, 19)
En ceniza se convirtió la memoria y el recuerdo y es con esos trazos y restos del recuerdo que recompongo lo derretido. Por lo tanto, este proceso es metafórico, juego a ser alquimista, creo a modo de storyboard todo lo sucedido.
El carboncillo dota de frescura y espontaneidad al gesto, pudiendo borrar, superponer, añadir y recalcar siempre de una forma orgánica. Ceniza somos y en ceniza nos convertiremos. ("(...) Sepas que eres polvo y al polvo volverás (…)”,Génesis 3, 19)
En ceniza se convirtió la memoria y el recuerdo y es con esos trazos y restos del recuerdo que recompongo lo derretido. Por lo tanto, este proceso es metafórico, juego a ser alquimista, creo a modo de storyboard todo lo sucedido.